Sinopsis de «Los refugios de piedra»:
Los Refugios de Piedra, el tan esperado quinto título de la serie Los hijos de la Tierra , comienza justo en el mismo punto en el que los lectores despidieron a los dos protagonistas en Las llanuras del tránsito.
Nuestra protagonista Ayla y su compañero Jondalar llegan hasta el Valle de la Dordoña francesa, tierra donde habita la tribu de la familia de Jondalar, los Zelandonii, que en un principio se muestran bastante distantes hacia Ayla, con su extraño acento, sus caballos y su lobo domesticado.
Jean M. Auel en esta ocasión, nos describe perfectamente las costumbres del poblado,- las diferentes ceremonias, su manera de cocinar, cazar, las pinturas en las cuevas, etc.- y pone el acento en el descubrimiento y coexistencia de distintas formas de vida. Ayla se va poco a poco integrando en el Clan de Jondalar, aprende muy pronto sus costumbres a las que les aporta sus conocimientos – el fuego de piedra, el porta lanzas, etc.- y se gana el respeto rápidamente gracias a sus habilidades curativas. El amor entre Ayla y Jondalar sigue creciendo y consolidándose, seremos testigos de su boda y del nacimiento de un hijo de la pareja.
Mi opinión:
Los refugios de piedra es mi novela favorita de la saga Los hijos de la Tierra. Ya está, ya lo he dicho. Para mí, esta novela es el culmen de la serie, y de hecho podría haber finalizado aquí, aunque no es el caso y hay un volumen más.
Este quinto volumen es algo más corto que el cuarto, Las llanuras del tránsito, y desde luego mucho más dinámico, aunque parezca contradictorio.
A lo largo de las páginas podemos ver cómo es Jondalar cuando está rodeado por los suyos, con su familia cerca y con las tradiciones que ha conocido desde siempre, y cómo Ayla se esfuerza por encajar entre ellos aunque sin perder nunca su fortaleza, su independencia o sus convicciones.
Descubriremos de manera más detallada cómo vivía este grupo de personas en la Edad de Piedra, y hay que hacer especial hincapié no solo en la increíble labor de documentación de la autora, sino en su facilidad para transmitir lo aprendido, así como su capacidad para transportarnos a una época que nos resulta tan ajena.
Lo que más me gusta: Creo que es en este libro donde más se puede ver el carácter fuerte e independiente de Ayla, y qué queréis que os diga, me encanta.
Lo que menos me gusta: Hay personajes de este volumen a los que les he cogido auténtica manía, me dan ganas de entrar en el libro y darles un par de sopapos.
Valoración: