A sus ochenta y nueve años, Lolo se ha pasado toda la vida metido en el pueblo y enfrascado en su trabajo sin echar nada de menos. Hasta el día en que recibe una mala noticia. Solo entonces se da cuenta de que no ha hecho nada, no ha conocido a nadie y no ha salido de su zona de confort.
El recuerdo de su mujer fallecida lo llevará a Cuba en un viaje en el que tratará de reconciliarse con el pasado, con todas las oportunidades perdidas y todos los deseos que negó.
Un viaje en el que deberá aprender lo que importa y lo que merece su tiempo, justo cuando tiempo es lo último que tiene.