Germán Cortés, un condecorado inspector de homicidios de la policía nacional, agotado después de un año especialmente complicado, se va de vacaciones a Washington acompañado de Isabel y de sus amigos Roberto y Natalia. Para ello deciden volar en el avión más grande del mundo, el Airbus A-380, y en cuanto despegan se encuentran inmersos en uno de los casos más interesantes en los que han trabajado, y es que, entre los pasajeros de Primera, hay un asesino que está matando al resto sin ninguna razón aparente.
Con solo ocho horas de vuelo para descubrir al asesino y sin prácticamente medios, Germán tendrá que utilizar sus considerables dotes deductivas para intentar contener a un asesino cuya sed de sangre no parece saciarse fácilmente.