Los tramperos de Khad conocen su bosque. Creen que los lobos son responsables de que la luna siga danzando en el cielo. Creen que cada uno debe ser capaz de procurarse su propio alimento. Saben que Khad no es un lugar seguro y que, además de cazadores, pueden también ser presas. Saben que el tiempo es distinto en Khad.
Los hechiceros del Imperio tienen sus propias teorías sobre el tiempo y cómo se teje. Sin embargo, su conocimiento se ha tornado en una suerte de curiosidades inútiles, en el nuevo mundo libre de Aberraciones. Los últimos en terminar su forma-ción no tienen ya oportunidad de ganarse la plata, ni las estrellas. No pertenecen a este mundo.
De Arcania a Arthelusa, la tradición y las normas deben ser revisadas. Sobrevivir quizá dependa de ser capaces de cambiar.