Sinopsis de «La tierra de las cuevas pintadas»:
Hace ya muchos años que Ayla, la niña cromañón, fue expulsada del Clan del Oso Cavernario y que inició su largo viaje por todo el continente europeo. Finalmente, en este libro, La tierra de las cuevas pintadas, se ha establecido en la cueva de donde procede su compañero Jondalar, con quien ha tenido una muy deseada hija llamada Jonayla. La joven lucha por encontrar un equilibrio entre sus nuevas obligaciones como madre y su preparación para convertirse en líder espiritual y en curandera. Durante su formación queda muy impactada al contemplar las maravillosas pinturas que se encuentran en algunas cuevas y le ayudan a sentirse especialmente cercana a la Madre Tierra.
Mi opinión:
La tierra de las cuevas pintadas es el sexto y último libro de la saga Los hijos de la Tierra. Ya lo dije cuando hice la reseña de Los refugios de piedra, el volumen anterior a este: para mí este tomo es completamente prescindible.
Entendedme, no es que no me guste o sufra una pérdida de calidad, nada de eso. Simplemente no aporta nada nuevo a la historia. De hecho, podríamos decir que se centra en la evolución espiritual de Ayla y algunos nuevos descubrimientos que la Madre Tierra le revela, así como las consecuencias que estos tienen en su sociedad.
Aún con esto, el libro es entretenido, nos aporta nueva información sobre la comunidad Zelandonii y su forma de vida en general, y sobre Ayla y Jondalar en particular. El estilo de escritura de la autora sigue siendo impecable, con esa maravillosa capacidad de trasladarnos a la época de las cavernas sin esfuerzo.
Si te has leído toda la saga, deberías leer también este, porque sería una tontería no conocer el final, ¿verdad?
Lo que más me gusta: Que podemos conocer cómo es la vida de Ayla y Jondalar ya asentados con los Zelandonii, con su familia formada y Ayla preparándose para formar parte de los que sirven a la Madre.
Lo que menos me gusta: Me parece que es un intento de alargar innecesariamente una serie exitosa.
Valoración: